Parte 11 - Miasmas



Miasmas
Teoría miasmática de las enfermedades
 crónicas y agudas

     El capítulo de los miasmas reviste una doble condición. Se trata de uno de los puntos más originales y trascendentes de la doctrina homeopática y a la vez de los más intrincados y controversiales.
     Objeto de revisión y debate en todos los congresos, los intentos por traducir a nuestros días algunas de las opiniones de Hahnemann al respecto parecen no llegar nunca a cerrar concluyentemente.
Algunos homeópatas han optado por dejarlo de lado, otros lo han resignificado, alejándose en menor o mayor medida de los conceptos originalmente vertidos. Otros cabalgan entre las nuevas y las viejas ideas, siendo esto posiblemente lo que mas favorece a que el tema resulte para muchos caótico.

     ¿Entonces por qué motivo se insiste tanto en retomarlo ? Varias razones. La homeopatía sufrió un notable cambio en la comprensión y terapéutica de las enfermedades crónicas y agudas a partir del desarrollo de la teoría de los miasmas crónicos. El concepto miasmático no surge al inicio de la homeopatía, es una incorporación doctrinaria que Hahnemann desarrolla luego de años de trabajo. La etapa pre-miasmática llegó a su fin por el fracaso en el tratamiento esencialmente de las enfermedades crónicas, que Hahnemann experimentó con el modo hasta ese entonces de aplicar el principio de la cura por lo similar.

     Transcurrieron muchos años de dedicación a esta tarea hasta que Hahnemann llega a una nueva comprensión de las enfermedades y consiguientemente a un nuevo método de aplicar el principio curativo por lo similar.

     Hahnemann no explicita claramente, por lo menos en las últimas versiones del Organon y del Tratado de las Enfermedades Crónicas la diferencia entre el modo pre y post-miasmático de aplicación del principio curativo. Si bien esto hace más dificultoso su comprensión, podemos entrever las diferencias al revisar ejemplos clínicos relatados en sus primeros trabajos como el Ensayo sobre un nuevo principio y compararlos con los requisitos de la historia clínica que establece en la 6ta. edición del Organon.
En los ejemplos del primer trabajo mencionado, las indicaciones son simplificadamente sintomáticas, considerando síntomas aislados sobre los cuales aplica el principio curativo.
Generalmente se trataba de cuadros de carácter reciente, no crónicos.
     En contraposición, los requisitos que expone para la historia clínica en el Organon, muestran una notoria diferencia con el anterior modo de considerar sobre qué síntomas prescribir. Aquí aparece la necesidad de conocer a fondo al paciente en cuanto a la totalidad de sus síntomas y características psíquicas y físicas, pero a la vez, jerarquizando un criterio histórico, es decir cómo ha sido y de qué ha sufrido a lo largo de su vida.

     Otro aspecto que se desprende de la teoría miasmática es la Ley de curación, de importancia trascendente
que puso al descubierto el proceso de una genuina curación, del que hablaremos mas adelante. Vemos una vez mas como todos los puntos doctrinarios están íntimamente ligados unos a otros, consolidando una unidad conceptual.

     La intención aquí es en primer lugar, presentar la teoría miasmática tal cual la expuso Hahnemann a través de las referencias del Organon y El Tratado de Las Enfermedades Crónicas.
En segunda instancia, considerar brevemente aspectos de un planteo miasmático moderno al que han aportado homeópatas como Paschero, que me inclino a llamar concepción distónica.
Si bien existen puntos de contacto entre la antigua y las nuevas teorías miasmáticas, es conveniente siempre tener presente que no se está  hablando exactamente de lo mismo.
No obstante, habitualmente queda el deseo de crear un puente e interpolar la antigua con las nuevas ideas y es allí donde puede generarse mayor confusión.

     Hahnemann plantea que la causa de la inmensa variedad de expresiones sintomáticas de todas las enfermedades crónicas se debe a la existencia de tres enfermedades fundamentales que afectan la energía vital. La principal y causante de la gran mayoría de ellas la denominó Psora. Las dos restantes Sífilis y Sicosis.
Comencemos por la Psora.