Parte 9 - Las Patogenesias


Las patogenesias                   

      El medicamento homeopático surge de su experimentación previa en sujetos sanos, método denominado patogenesia de donde se conoce sus cualidades terapéuticas.
Pato= enfermedad, genesia= origen creación. Es decir Hahneman señala con este término una vez mas que un remedio lo es por el hecho de generar también enfermedad, actuando terapéuticamente cuando se lo aplica según el Principio de la cura por lo similar.
En los siguientes parágrafos Hahnemann expone todo lo que desarrolló en torno al tema patogenesias:

     Parágrafo 105:
     “El segundo punto, en el ejercicio profesional del verdadero médico, se refiere a la adquisición del conocimiento de los instrumentos destinados a la curación de las enfermedades naturales, investigando el poder patogenésico de los medicamentos, a fin de que cuando se le llame a curar pueda elegir de entre éstos, uno, de cuya lista de síntomas se puede construir una enfermedad artificial tan semejante como sea posible a la totalidad de síntomas de la enfermedad natural que se intenta curar.”

     Parágrafo 106:
     “Deben conocerse todos los efectos patogenésicos de los diversos medicamentos; es decir, deben observarse primero todos los síntomas morbosas y alteraciones de la salud que cada uno de ellos es capaz especialmente de desarrollar en el individuo sano, tanto como sea posible y antes de poder tener la esperanza de encontrar entre ellos, y elegir, los remedios homeopáticos más apropiados para la mayor parte de las enfermedades naturales.”

     Parágrafo 107:
     “Si, con el fin de averiguar esto, los medicamentos se dan a personas enfermas solamente, aunque se administren solos y uno a uno, poco o nada preciso se verá de sus efectos verdaderos, puesto que las alteraciones peculiares de la salud que se deben al medicamento están mezcladas con los síntomas de la enfermedad y rara vez pueden observarse distintamente.”

     Parágrafo 108:
     “No hay, por lo tanto, otra manera posible de averiguar los efectos peculiares de los medicamentos en los sujetos sanos; no hay camino más seguro y más natural de alcanzar este fin que administrar experimentalmente los diversos medicamentos, en dosis moderadas, a personas sanas, a fin de descubrir qué cambios, síntomas y signos produce su influencia individualmente en la salud física y mental; es decir, qué elementos morbosos es capaz y tiende a producir, (*) pues como se ha demostrado (parágr. 24-27) toda la fuerza curativa de los medicamentos consiste en el poder que poseen de cambiar el estado de salud del hombre, lo que está manifestado en la observación ulterior.”
(*) “Ningún médico, que yo sepa, con excepción del grande e inmortal Albrecht von Haller, durante los anteriores dos mil quinientos años, pensó en este modo tan natural, tan absolutamente necesario y único genuino de experimentar los medicamentos para obtener sus efectos puros y peculiares en perturbar la salud, afín de conocer qué estado morboso son capaces de curar. Solo él (Haller), además de mí, vio la necesidad de esto (vide el prefacio de la Pharmacopoeia Helvet., Basil, 1771, fol., p. 12).”... “ Pero ninguno, ni un solo médico prestó atención y siguió estas inestimables indicaciones.”

     Parágrafo 109:
     “Yo fui el primero en descubrir esta ruta, que he seguido con una perseverancia que solo podría nacer y sostenerse por la convicción perfecta de la gran verdad, llena de beneficios para la humanidad, que solo con el empleo de los medicamentos homeopáticos es posible la curación de las enfermedades de la especie humana.”

     Parágrafo 110:
     “Yo vi, además, que las lesiones que autores anteriores han observado como resultado de la introducción de sustancias medicinales al estómago de personas sanas, ya en grandes dosis dadas por error o con el fin de producirse la muerte o producirla a otros, o bajo otras circunstancias, estaban muy de acuerdo con mis propias observaciones cuando experimenté las mismas sustancias en mí mismo o en otros individuos sanos. Estos autores dan detalles de lo ocurrido como historias de envenenamientos y como prueba de los efectos perniciosos de estas sustancias, principalmente con el fin de evitar que otros la usen; en parte también con el fin de exaltar su propia habilidad, cuando la salud se restablece gradualmente bajo la acción de los remedios que han empleado para combatir estos accidentes peligrosos: pero también en parte con el fin de buscar su propia justificación en el carácter peligroso de estas sustancias, que entonces llaman venenosas, cuando las personas afectadas mueren bajo su tratamiento.
     Ninguno de estos observadores alguna vez soñó que los síntomas registrados únicamente como prueba del carácter nocivo y venenoso de estas sustancias, fueran revelación segura de su poder para extinguir curativamente síntomas semejantes que se presentan en las enfermedades naturales, que estos son fenómenos patogenésicos fueran indicios de su acción curativa homeopática, y que la única manera posible de averiguar su poder medicinal es observando los cambios que los medicamentos son capaces de producir en el organismo sano. No puede conocerse el poder puro y peculiar de los medicamentos útiles para curar ni por ingeniosas especulaciones a priori, ni por el olfato, gusto y aspecto de las drogas, ni por su análisis químico, ni tampoco por el empleo de varios de ellos mezclados en una fórmula (prescripción) en las enfermedades.
     Nunca fue sospechado que estas historias de enfermedades medicinales proporcionarían algún día los primeros rudimentos de la materia médica pura y verdadera, que desde los tiempos primitivos hasta ahora solo ha consistido en falsas conjetura y ficciones de la imaginación, es decir, no ha existido en absoluto ”.

    
Parágrafo 111:
     “La concordancia de mis observaciones sobre los efectos puros de los medicamentos, con estos más antiguos, aunque fueron relatados sin referencia a ningún fin terapéutico, y la gran armonía de estos informes con otros de la misma clase por diferentes autores, pueden convencernos fácilmente que las sustancias medicinales obran, en los cambios morbosos que producen en el cuerpo humano sano, conforme a las leyes de la naturaleza fijas y eternas,  y en virtud de éstas, son capaces de producir síntomas morbosos positivos y dignos de confianza,  de acuerdo cada una con su carácter propio.”

     Parágrafo 112:
     “De los efectos, a menudo peligrosos, de los medicamentos que aparecen en las más antiguas prescripciones, medicamentos ingeridos a dosis exageradamente grandes, notamos ciertos estados producidos, no al principio, sino al fin de estos tristes eventos, que eran de naturaleza exactamente opuesta a los que parecieron primero. Estos síntomas, muy opuestos a la acción primaria (parágr. 63) o acción propia del medicamento sobre la fuerza vital, son la reacción de la fuerza vital del organismo, su acción secundaria (parágr. 62-67), de la cual, no obstante, rara o difícilmente, alguna vez, se encuentra la menor huella cuando se experimenta con dosis moderadas en los cuerpos sanos, y ninguna con las pequeñas dosis. En el procedimiento curativo homeopático, el organismo viviente reacciona contra éstas solo lo necesario para volver otra vez la salud a su estado normal (parágr. 67).”

     Parágrafo 113:
     “Los medicamentos narcóticos son los únicos que se exceptúan de esto. Como anulan, en su acción primaria la sensibilidad y la sensación, y algunas veces la irritabilidad, acontece frecuentemente que con su acción secundaria, aún con dosis moderadas experimentadas en cuerpos sanos, hay un aumento de la sensibilidad (y mayor irritabilidad).”

     Parágrafo 114:
     “Con excepción de estas sustancias narcóticas, en los experimentos en cuerpos sanos con dosis moderadas de medicamentos, solo observamos su acción primaria, es decir, los síntomas con los cuales el medicamento desvía la salud del ser humano y desarrolla en él un estado morboso de duración más o menos larga.”

     Parágrafo 115:
     “Entre estos síntomas, sucede, en algunos medicamentos, no pocos, que son parcialmente o bajo otras circunstancias, directamente opuestos a otros síntomas que han aparecido anterior o posteriormente, pero que no deben considerarse, por esto, como la acción secundaria efectiva o la reacción pura de la fuerza vital, sino que solo representan el estado alternante de varios paroxismos de la acción primaria y se llaman acciones alternantes.”