Parte 18 - Una consideración sobre los llamados medicamentos antipsóricos y no antipsóricos



Una consideración sobre los llamados medicamentos antipsóricos y no antipsóricos

     Podemos pensar que la famosa referencia a la quina que hace Hahnemann en los  inicios del descubrimiento de la homeopatía, se refería a la curación de ciertos síntomas en pacientes por lo demás con un equilibrio vital bastante saludable, es decir con una psora poco desarrollada, al punto de considerarlos pacientes apsóricos, sin psora, queriendo  decir, sin síntomas crónicos.
      Siguiendo esta hipótesis, inferimos que Hahnemann denominó remedios no antipsóricos aquellos que lograban curaciones de cuadros de carácter relativamente agudos o recientes, pero que no llegó a observar que modificaran sintamos crónicos del paciente.
Aquellos medicamentos que si obtenían ese resultado de fondo, adquirieron para Hahnemann la cualidad de medicamentos antipsóricos.
     Esta distinción que actualmente en general nos impresiona arbitraria o que resultó poco aclarada por Hahnemann, puede quizás comprenderse mejor desde esta perspectiva.
     Algunos rastros de esta concepción se mantienen hasta hoy en la tradición de que ciertos remedios son mas aptos para cuadros agudos,  indicados poco en crónicos.
     La opinión actual mas amplia es que todo remedio puede ser crónico o agudo.
Quizás a Hahnemann, meticuloso observador y siendo fiel a sus resultados, le faltó tiempo y pacientes para comprobar esto por lo que consideró la existencia de ambas clases de medicamentos.